El 28 de marzo, un fuerte terremoto sacudió Myanmar, causando graves daños humanos y estructurales. Con la situación en la zona cada vez más estable, la Fundación Tzu Chi ha activado rápidamente sus mecanismos de rescate tanto a nivel nacional como internacional, y ha iniciado una acción humanitaria transfronteriza. Los suministros de ayuda extranjeros ya han sido transportados por vía aérea al área afectada.
La llanura de Bagan ha sido devastada por un terremoto de magnitud 6,8, dejando cientos de muertos y miles de heridos. Los edificios históricos, que son la principal atracción turística de la región, también han sufrido grandes daños. Las imágenes de la destrucción causada por el terremoto han conmovido a todo el mundo.
En respuesta a esta tragedia, la Fundación Tzu Chi ha puesto en marcha su operación de ayuda humanitaria tan pronto como recibió la noticia del terremoto. Como organización de caridad internacional con sede en Taiwán, Tzu Chi está acostumbrada a responder rápidamente a desastres naturales en todo el mundo. En esta ocasión, no fue diferente. Tan pronto como se confirmó el terremoto, Tzu Chi se comunicó con su equipo en Myanmar para evaluar la situación y coordinar la entrega de ayuda.
En medio de la confusión y el caos, Tzu Chi ha logrado establecer un centro de distribución temporal en la ciudad más cercana al epicentro del terremoto, donde se ha proporcionado ayuda a los más necesitados. El centro también sirve como punto de recogida de donaciones y voluntarios que deseen unirse a la misión humanitaria.
Desde su centro de operaciones en Taiwán, Tzu Chi ha enviado un equipo de expertos en desastres y ha coordinado el envío de suministros de ayuda, incluyendo tiendas de campaña, mantas, kits de higiene y suministros médicos. Además, la organización también ha desplegado un equipo médico para brindar cuidados a los heridos y heridos en la zona del desastre.
La ayuda de Tzu Chi no se ha limitado a Myanmar, sino que también ha llegado a países vecinos como India, Bangladesh y Tailandia, que también se han visto afectados por el terremoto. Los equipos de voluntarios de Tzu Chi en estos países han comenzado a trabajar en estrecha colaboración con las autoridades locales y organizaciones benéficas para brindar asistencia inmediata a aquellos que lo necesitan.
En momentos de desastre, la solidaridad y la compasión pueden superar las barreras geográficas y culturales. Estamos agradecidos por el apoyo y la generosidad de personas de todo el mundo que han respondido a nuestro llamado a la ayuda para Myanmar. Con su ayuda, Tzu Chi podrá brindar más asistencia y apoyo a los sobrevivientes del terremoto y ayudarles a reconstruir sus vidas.
Quiero aprovechar esta oportunidad para recordarles que aún queda mucho por hacer. El camino hacia la recuperación será largo y difícil, pero juntos podemos marcar la diferencia en la vida de aquellos que han sido afectados por esta tragedia. Por favor, únase a nosotros en nuestros esfuerzos humanitarios y ayúdenos a brindar esperanza y amor a las comunidades afectadas por el terremoto de Myanmar.